PRÓLOGO

De Familia Sanchez Arjona
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El presente trabajo es claramente un libro familia­r, en tanto que su objeto de estudio es la historia de una familia a través de los últimos siglos. No he quer­ido, sin embargo, que sea sola­mente eso, y el lector podrá comprobar cómo la exposición de los innumerables datos reseñados en esta obra, desbor­dan amplia­mente el marco del mero interés familiar para brindar un am­plio mosaico de lo que ha consti­tuido en los últimos siglos la realidad social de la nobleza de la baja Ex­trema­dura en su conjunto.


En efecto, la amplitud temática del estudio que hoy presentamos, nos mues­tra una panorámica general de lo que ha supuesto la nobleza de la baja Extre­madu­ra, es­pecialmente en sus comarcas de la Sierra y los Barros, en donde no hay real­mente familias de su clase dirige­nte, que no tengan aquí su mención, muchas veces det­allada.


He querido por otra parte, consciente de la función social de la historia, no circunscribirme a los meros datos genealógicos y heráldicos, pro­pios de un nobilia­rio tradi­cional, sino intentar plasmar en lo posible, por la necesa­ria limitación de estas páginas, otros mu­chos datos de matiz eco­nómico o social que ofrecerán al lector una más completa visión sobre la realidad so­cial extre­meña en los cinco últi­mos siglos.


Entre las muchas personas que han hecho posi­ble esta obra, quiero destacar en primer lugar a mi buen amigo José Miguel de Mayoralgo, Conde de los Aceve­dos. Él ha sido mi compañero en innumerables excursio­nes genea­lógicas, varias de ellas con el añorado Duque de Tovar. Juntos hemos llevado a cabo la consulta a fondo de muchos archivos parroquiales de Extrema­dura. Además, el Conde de los Acevedos ha puesto a mi disposición innumerables datos por él obtenidos en otros archivos parro­quiales, prin­cipalmente de Sevilla y Ma­drid. Esta obra no sería por tanto la misma sin su minuciosa aportación docu­mental y sin sus siempre acertados consejos editoriales.


En segundo lugar, quiero también agradecer su col­abo­ración a mi hermana María Paz, que me ha ayudado a llevar a cabo la no siempre cómoda tarea de poner al día los datos familiares de nuestros contemporáneos. Innume­rables llamadas y gestiones, muchas veces teni­endo que vencer la desconfian­za de las personas re­queridas, han conseguido poner al día esta obra, que, sin ello, quedaría incom­pleta y desligada de la realid­ad actual. Igualmente agradezco al heraldista Juan Carlos Navarro Gazapo sus preciosos dibujos en los que ha plasmado, respetando el diseño original, los testimonios heráldicos que ilustran la obra. Por último, agradezco también la colaboración de todas aquellas otras personas que me han ayudado, ofre­cién­­dome datos concretos, y cuya aportación será men­ciona­da por ello en su lugar correspon­diente.


Espero, tras este gran esfuerzo, que esta radiogr­afía de nuestra gran familia ex­tremeña sea acogida con interés y benevolencia. Se ha de tener en cuenta que no hay obra huma­na per­fecta y que un trabajo de estas característi­cas tiene por fuerza que tener er­rores y omisiones. A los interesados en profun­dizar sobre estos temas, he de indicar­les que queda una la­bor enorme por realizar. La ingente obra de investiga­ción efectuada, no ha agota­do las posibili­dades de pro­se­guir en su es­tu­dio, pues apenas he explorado los archivos de protocolos, que nos darían una inmensa cantidad de datos, especialmente de tipo económico, y tampoco he destinado mucho tiempo a los archivos priv­ados por la difi­cultad de su acceso y consulta. Dejo ese trabajo por tanto para las gene­raciones venide­ras.


Quiero, por último, agradecer desde aquí la concesión a esta obra del I Premio Arias Montano, otorgado por la Real Academia de Extremadura de las Letras y de las Artes, correspondiente al año 1996. Nada podría satisfacerme más que este galardón, por lo que supone de reconocimiento al esfuerzo acometido y por el amor que he venido demostrando a nuestra querida tierra extremeña.




Madrid, octubre de 1998