Los Sánchez Arjona/Capítulo XXXVII

De Familia Sanchez Arjona
Saltar a: navegación, buscar


← Capítulo XXXVI Capítulo XXXVII Bibliografía →
Algunas noticias sobre las armas de los Sán­chez Arjona a través de los tiem­pos.


La primera cuestión que se nos plantea, al estudiar la evolución de las armerías de la pequeña nobleza española, es la de su falta de conti­nuidad y las múltiples y caprichosas variantes a las que se las somete en su represen­tación a través de los tiempos. En efecto, vemos cómo al correr de los años, las armas familiares van perdiendo su primitiva sencillez y se complican en multitud de cuarteles, que -en algunos casos- responden a imposición de mayorazgo, lo que resulta coherente, pero -en muchos otros- no significa más que un mero seguir la barroca moda del momento. Por otro lado sorprende al investigador la ignorancia que, sobre las propias armas, tuvieron las familias de antaño, y cómo la construcción de una nueva casa o simplemente la reproducción de un escudo, llevaron implícita, la mayoría de las veces, la adulteración de las armas primitivas.


Esto hace muy difícil el interpretar e identi­ficar las distintas figuras que componen el escudo, pues hay que desechar, desde luego, la idea moderna de que los cuarteles de una piedra armera, repre­senten los cuatro primeros apellidos del personaje que la encargó labrar. Por otra parte, como iremos viendo, las mismas variaciones de las figuras heráldicas, no sólo en su diseño sino en su misma esencia, plantean también otros problemas para el investiga­dor.


Es indudable que las armas de los Sánchez Arjona fueron desde su primer testimonio heráldico las águilas. No obstante, como veremos, las varia­ciones han sido numerosas y nos permiten hacer diversas hipótesis sobre su evolución.


En 1701 y 1702 tenemos los primeros testimonios documentales sobre el uso de armas por individuos de esta familia. En el primer año citado se reali­zan las pruebas para la Orden de San Juan de Jerusalén[1] del caballero don Francisco de Liaño Arjona y Tinoco, o Sánchez de Liaño Arjona, como también gustó llamarse a veces. Dicho pretendiente, que pese a su apellido era del mismo linaje que estudiamos, como vimos en el capítulo XXXI, tenía sus armas en el convento de San Agustín, en la capilla de Nuestra Señora del Socorro, en Jerez de los Caballeros, y allí ven los informantes un águila negra sobre cuyo pecho hay un escudo parti­do: en el primer cuartel, cuartelado a su vez, el primero y el cuarto con un águila negra sobre plata y el segundo y el tercero con tres palos de gules también en campo de plata "que son las armas de los Arjonas"; en el segundo figuran cinco veneras de oro puestas en aspa, en punta de ondas de plata y azur, "que son de los Liaños"[2] (véase figura 1).


Al año siguiente, 1702, los informantes para las pruebas de San Juan de Jerusalén de los caba­lleros don José, don García y don Juan Sánchez Arjona y Briones[3] acuden en Fregenal a las casas del padre de éstos, don Gonzalo Sánchez Arjona, en la calle del Espíritu Santo, y allí ven "un repostero muy antiguo de guadalmecí en cuyo primer cuartel tiene dos águilas negras en campo de oro". Los mismos informantes citan el escudo del propio don Gonzalo "de mármol a mano izquierda de la puerta principal con dos águilas en el primer cuartel" (véase figura 2). Todo ello en Fregenal de la Sierra pues, como se comunica a los informantes en Jerez de los Caballe­ros, las primitivas armas de los "caballeros Arjona en las casas de la calle Ecce Homo", entonces arruinadas, se las habían llevado sus dueños a Fregenal. Se conservaban sin embargo las de su enterramiento en la parroquia de San Bartolomé de Jerez de los Caballeros "junto al altar del Santo Cristo, del lado del evangelio, pegado al muro", armas que han desaparecido tras las obras efectua­das en el pasado siglo.


Estas primitivas armas, de los Liaño Arjona y de los Arjonas de Fregenal las estampamos en las figuras 1 y 2, dibujadas como todas las de esta obra por el heraldista Juan Carlos Navarro Gazapo, realizadas procurando respetar en lo posible el estilo del primi­tivo diseño.

Figura 1-2.jpeg


En conclusión, nos encontramos por tanto con las armas de personas de un mismo linaje, representantes de dos ramas cuyo origen común se remonta a ocho genera­ciones antes, pues mantienen entre ellos un paren­tesco de consangui­nidad de octavo grado canónico por línea agnaticia. Dicho de otro modo, desde que ambas líneas se separaron del tronco originario han pasado cerca de doscientos cincuenta años. Sus armas sólo mantienen en común el uso del águila de sable, pues el campo ha variado -en unos de oro y en otros de plata-; los de Fregenal han coronado sus águilas y los Liaño las cuartelan con palos de gules.


Como consecuencia de lo expuesto nos tenemos que hacer la siguiente pregunta: ¿cuál de estas dos variantes heráldicas es la primitiva o la más cercana a la del tronco común?. Hipotéticamen­te nos inclinamos por el cuartelado de águilas y palos por las siguientes razones.

La multiplicidad de los cuarteles llevó muchas veces a los canteros a la necesidad de resumir varios de ellos en uno, incluyendo en él algunas de las piezas de los suprimidos. Creo que ésta es, y no otra, la razón de las dos águilas en el primer cuartel de los de Fregenal. Sospecho que el cantero intentó ganar espacio en el primitivo escudo de los Arjonas, incluyendo las dos águilas del primitivo cuartelado en un solo cuartel. Con el tiempo se fueron fijando estas dos águilas como el auténtico emblema de los Arjonas, desapareciendo los primiti­vos palos.


Por tanto, según esta hipótesis, podríamos describir el proceso en las siguientes fases cronológicas:


1º los Arjonas adoptan por armas un águila.


2º por su enlace con una familia que desconocemos, cuartelan estas armas con las de esta última: unos palos de gules.


3º al querer reproducir en Fregenal estas armas, con otros cuarteles, el cantero, movido probablemente por la falta de espacio, sitúa las dos águilas en un sólo cuartel, dando origen así a las modernas armas familiares. Esta acción sólo es seguida por los descendientes de la casa de Fregenal. Los otros Arjonas, es decir los Liaño, probablemente por motivos puramente artísticos, reproducen el primitivo escudo utilizando el águila como tenante, y de ahí sus sucesores pasarán en muchas ocasiones a utilizar este tenante como elemento de las propias armerías, como luego diremos.


LAS PIEDRAS ARMERAS SUBSISTENTES


No conocemos las armas de la primitiva casa de los Arjonas en la calle de Espíritu Santo, puesto que los informantes de la Orden de San Juan de 1702 sólo nos describen las dos águilas del primer cuartel. Sin embargo sí se conservan las de la casa que construyeron sus sucesores, conservada hasta la fecha por la línea mayor, en la calle de los Remedios, antes denominada de la Compañía. Este palacio, mal llamado de la Marquesa de Ferrera, pertenece hoy a la Marquesa de Fuente el Sol, por sucesivos repartos familiares de la línea primogénita que ya describimos en el capítulo III.


El escudo que se encuentra en su portada (ver figura 3) es cuartela­do, el primero de Arjona, el segundo de Mendoza, el tercero de Jaraquemada[4] y el cuarto de Figueroa; entado en punta unos palos. Sospecho que estas armas, que acompañan a las de Arjona, puedan corresponder al mayorazgo de Pajares, fundado en 1528 por Gonzalo de Jaraquemada Figueroa; sus descendientes llevaron mucho tiempo unido a ellos el apellido Mendoza por su matrimonio con doña Ana de Trejo y Mendoza, mayorazga de esta casa en Monesterio. No obstante, quiero llamar la atención sobre el entado en punta de palos, porque creo que estos deben de ser los restos del primitivo cuartelado de palos de los Arjonas de Jerez, suprimidos más tarde por las otras ramas del linaje.

Figura 3-4.jpeg


Las armas de los Arjonas de Fregenal las podemos ver también en otras casas de esta población. En la calle Marqués de Riocabado se encuentran las del palacio que fue del Bailío de San Juan, don José Sánchez Arjona y Briones, agregada luego al mayorazgo de su hermano don Juan[5] (figura 4); corres­ponden a los cuatro cuarteles -lo que hoy diríamos en lenguaje vulgar los cuatro primeros apellidos- de los caballeros de San Juan de 1701 y no pueden remontarse por tanto a antes de esta fecha. Se componen de un cuartelado: primero de Arjona, segundo de Briones[6], tercero de Castilla,­ con su orla de efes, por el mayorazgo de los Franco de Aracena, y cuarto de Merino; del escudo pende, hoy casi imperceptible, una cruz de la orden de San Juan.


Por último, podemos ver también el que figura en dos casas de Fregenal, en la calle Bravo Murillo 7 y en Iglesia de Santa Ana 1 (figura 5). Se trata de las armas de la línea de los Sánchez Arjona, Tinoco y Porres de Silva, que poseyeron el mayorazgo de las Mayorgas, como vimos en el capítulo XVII. Nos es difícil interpretar todos los cuarteles de este escudo, aunque tenemos la seguridad de que corresponde al matrimonio contraído en 1706 por el capitán don Joaquín Luis Sánchez Arjona Castilla con su prima doña María Sánchez Arjona Morales Arce Reinoso. En efecto, en el escusón distinguimos el 2º, 3º y 4º: Porres, Silva y Tinoco, pero ignoramos cuáles son las del primero, un castillo con un ave[7]. El resto del escudo lleva, al lado izquierdo, de arriba abajo, Arjona, Castilla y Acosta, y al lado derecho, otra vez Sánchez Arjona, Morales, Arce y Reinoso[8]. Sin embargo, las armas del cuartel en punta, leones y panelas, las desconocemos completamen­te[9].

Figura 5-6.jpeg


En la figura 6 podemos contemplar las armas que ostenta la casa de los Arjonas de Aroche, propiedad que fue de don Ignacio Sánchez Arjona Castilla y de doña Catalina Boza de Chaves, a principios del siglo XVIII (véase capítulo XIV). En su escudo figuran cuarteladas estas armas: 1º Arjona, 2º Chaves, 3º probablemente Castilla, incorrecta­mente representado, y 4º un cortado en el que se recogen, tal vez, las correspondien­tes a los Boza y Messía[10].


Otra variante de las primitivas armas de los Arjonas es la de que figuren sus águilas coronadas. Ya hemos dicho cómo sólo la línea de Fregenal lleva las coronas, pero hagamos notar que en los casos más antiguos -figuras 2, 3, 4, 5 y 6-, las coronas son ceñidas por las águilas, mientras que en otros casos, que es la representación que se ha impuesto modernamen­te, las coronas figuran en el aire sobre las cabezas de las aves, como es el caso de las armas que ostentaba don José de Vargas Zúñiga y Sánchez Arjona en sus pruebas para la Orden de Alcántara[11] (figura 7). El primer cuartel es el correspondiente a Vargas Zúñiga, orlado con el Toison de Oro (!)[12]; el segundo Arjona y el tercero Boza. Las armas de Arjona fueron tomadas de las de la casa de don García Sánchez Arjona, tío carnal materno del pretendien­te, que son las del primer cuartel de la figura 4. Las de Boza se tomaron del escudo de esta familia en su casa de la villa de Aroche, pero sospecho que esto se hizo con ligereza pues sólo se copió el tercer cuartel con la bordura general y creo que el castillo correspondía más bien a una representa­ción incorrecta del linaje de Castilla, como luego diremos.

Figura 7-8.jpeg



La misma posición de las coronas resulta de las armas expresadas en las pruebas del Caballero de Alcántara[13], don José Sánchez Arjona y Boza, Cabeza de Vaca y Parreño de Castilla (figura 8). En el cuartel correspondiente a Boza, cuartelado a su vez, figuran: 1º Chaves, 2º las columnas que antes atribuíamos a Boza, 3º un castillo ¿Castilla? y 4º las fajas de Messía[14]. En el cuartel con las armas de Parreño de Castilla aparecen: 1º Chaves y Parreño o sea unas hojas de parra, 2ª Arjona, 3º Castilla y 4º Messía.


Pero es cierto que estas armas de Arjona han convivido con otras variantes. Así, en la casa de los Arjonas de Villafranca de los Barros, figura en su fachada un escudo con dos águilas pero sin corona. Por el contrario, en el Archivo de la casa de Miranda en Ciudad Rodrigo, en un libro titulado Cartilla General de Papeles de los Nuevos Mayorazgos, su fecha 1793, se puede ver un escudo de los Arjonas tal como aparece en la figura 9.

Figura 9-10.jpeg



Algunos de los Arjonas de Ciudad Rodrigo usan hoy en sus armas dos águilas bicéfalas. Don Luis Sánchez Arjona, Marqués de Casa Arjona, utilizó un cuartelado: 1º Arjona, 2ª Silva, 3ª (Nieto de) Paz y 4º Jaque (figura 10). Así se puede ver en los reposteros de su palacio de la calle de Campofrío en Ciudad Rodrigo. En otros escudos de la misma casa el león de Silva aparece sustituido por el león de los Nieto, lo cual parece más propio. La razón de que las águilas sean bicéfalas la ignoramos.


Igualmente bicéfalas aparecen también en los reposteros que se hizo su hija la Condesa del Sacro Romano Imperio, en su casa de la plaza de Jazmín, y que han servido de inspiración para el escudo colocado modernamente en su fachada. En el que doña Concepción Sánchez Arjona de Velasco hizo colocar en su casa de Zamora, calle de Santa Clara 22, cuando casó con don Andrés Munguía de Ocampo, figura únicamente un águila, pero bicéfala[15].


Lo cierto es que la mera constatación de las múltiples variantes nos pone en evidencia el poco cuidado que se ha puesto, tanto en los tiempos antiguos como en los modernos, para la confección de los escudos de armas familiares, que rara vez aparecen reproducidos con fidelidad al original que los inspiró.


Igualmente en la villa de Aroche, en dos escudos distintos de los Parreño de Castilla (cuarto cuartel de la figura 8 y figura 11), también podemos ver una sola águila aunque, en este último caso, bicéfala. Estas armas de la figura 11 pertenecían probablemente al matrimonio contraído en 1740 por don Gómez Parreño (Messía) de Castilla y doña Jerónima Sánchez Arjona Casquete de Prado, pues los linajes representados en ellas son: 1º Parreño, 2º Arjona, 3º Messía y Castilla, y 4º Prado.


Lo mismo podemos ver en el cuartela­do de un escudo de los Casquete de Prado de Fregenal (figura 12). Este curioso escudo, que está en una casa de la calle Santa Clara de Fregenal, corresponde sin duda al matrimonio contraído hacia 1698 entre don Jerónimo Casquete de Prado y Arjona y doña Juana de Liaño Arjona (véase capítulo XXXII). Así se desprende de los cuarteles: el primero cuartelado a su vez de Casquete y Arjona; el segundo Arjona (Liaño), el tercero Prado; y el cuarto Liaño. Los cuarteles segundo y cuarto componen las armas de Liaño Arjona que vimos en la figura 1, pero en este caso las veneras aparecen en otro cuartel.

Figura 11-12.jpeg



Por último debemos hacer especial referencia a las actuales armas de los Liaño Arjona de Burguillos, cuyo origen desconocemos, pero que figuran en una casa de esta familia en la calle Pilar Grande 1 (figura 13). El escudo es muy parecido al tradicional de los Liaño Arjona que hemos descrito, pero se encuentra cortado y en el cuartel inferior ostenta una banda cargada de cruces, y acompañada de cuatro flores de lis.


Éstas eran también las armas que ostentaba el Caballero de Alcántara don José Ramón de Solís y Liaño, cuya familia afirma que éstas eran sus verdaderas armas, contra lo afirmado en la información de 1701. No obstante, aunque ignoremos de dónde proceden dichas nuevas armas de Liaño, sí podemos afirmar con rotundidad que las primitivas armas de los Liaño Arjona son las expresadas en las figuras 1 y 12. Las mismas se pueden ver en Fregenal, en el convento de San Agustín, correspondientes al entierro de los Bolaños (figura 14). En su cuartelado figuran las armas de Bolaños, Paz, Liaño y Arjona, que son las correspondientes al

matrimonio que contrajeron en 1668 doña Isabel de Liaño Arjona, y don Miguel Antonio Sánchez de Bolaños Maraver, hijo del Capitán don Gonzalo Sánchez de Bolaños Maraver y de doña María de Paz de la Barrera.

Figura 13-14.jpeg



¿Por qué entonces los posteriores Liaños abandonaron las veneras para adoptar la banda y las lises? Lo ignoramos. Tal vez estas últimas las adoptaran los Liaños de Burguillos a partir del enlace en 1645 de don Álvaro de Liaño con doña María Tello Tinoco, pues las armas de esta última familia ostentan una banda con lises. Esta sería una posible explicación y se compagina­ría con que únicamente en la descendencia de ambos señores encontremos estas armas. Por el contrario entre la descendencia de los hermanos del referido don Álvaro se mantuvieron las tradicionales.


BIBLIOGRAFÍA



Ampelio ALONSO DE CADENAS LÓPEZ, Julio de ATIENZA, Barón de Cobos de Belchite, Vicente de CADENAS Y VICENT, Elenco de Grandezas y Títulos Nobiliarios españoles; ediciones Hidalguía, Madrid, años 1969 a 1994.

Armería y Nobiliario de los Reinos Españoles, 4 vols., Instituto Internacional de Genealogía Heráldica, Madrid 1955.

Vicente BARRANTES MORENO, Aparato bibliográfico para la Historia de Extremadu­ra, 3 vols, Madrid 1875-1877.

Cristóbal BERMÚDEZ PLATA, Catálogo de pasajeros a Indias, 3 vols. Sevilla, 1940-1946. Vicente CADENAS Y VICENT, Caballeros de Alcántara que efectuaron sus pruebas de ingreso durante el siglo XIX, Madrid 1956.

Rafael CASO AMADOR, Para una biografía del Coronel don Pedro de Velasco y Colón, publicada en "Fiestas Patronales en Honor de Nuestra Señora Santa María de los Remedios", Fregenal de la Sierra 1994, págs. 27-30.

Pedro CORDERO ALVARADO, Piedras armeras de Jerez de los Caballeros, Jerez de los Caballeros, col. Libretillas Jerezanas 4, 1996.

Francisco CROCHE DE ACUÑA, Heráldica Zafrense, Zafra 1992.

José Antonio DELGADO ORELLANA, La Casa de Domecq d'Usquain, Sevilla 1966.

Títulos del Reino y Grandezas de España, conservados en la Sección de Consejos Suprimidos, Madrid 1951.

Francisco FERNÁNDEZ DE BETHÈNCOURT, Historia Genealógica y Heráldica de la Monarquía Española, 10 volúmenes, Madrid 1910.

Idem, Anales de la Nobleza de España, Madrid, 1880-1890.

Idem, Anuario de la Nobleza de España. Madrid, 1908-1916.

Alfonso de FIGUEROA Y MELGAR, DUQUE DE TOVAR, Estudio Histórico sobre algunas Familias Españolas, 5 vols. Madrid 1965-1974.

Marie Claude GERBET, A la recherche des nobles d'Estremadure: 1454-1516, ediciones Hidalguía, Madrid 1987.

Marqués de JAUREGUÍZAR: Relación de poseedores del Castro y Palacio de Priaranza de Bierzo, Madrid 1971.

Idem: Descendencia inmediata del III Marqués de Santa Cruz de Marcenado y Vizconde del Puerto, en "Hidalguía", 1985, núm. 189, págs. 255-276.

Idem: Llano Ponte, en la misma revista, 1987, núm. 200. págs. 59-79.

Aurea L. JAVIERRE Y MUR, Pruebas de Ingreso en la Orden de San Juan de Jerusalén, Madrid s.d.

José Miguel LODO DE MAYORALGO, Los Ulloa de Malgarrida y los primeros Carvajales de Cáceres, en "Hidalguía" 1984, págs. 551-576.

Idem, Genealogías de Fuente del Maestre, en Actas del V Congreso de Estudios Extremeños, ponencia VI, págs. 105-244.

Idem, Viejos linajes de Cáceres, Cáceres 1971.

Idem, Los Topete de Alcántara, Revista de Estudios Extremeños, Badajoz, 1980, págs. 489-524.

Idem, Los Pickman y la Cartuja de Sevilla, "Hidalguía", Madrid 1984, págs. 77-128 y 641-673.

Idem, Los Eraso de Trujillo, Marqueses de Eraso, comunicación presentada al III Congreso de Estudios Extremeños, Plasencia 1970, inédito.

Ramón José de MALDONADO Y COCAT, La Casa de Márquez de Prado y sus entronques, Madrid 1956.

Gonzalo MARTÍNEZ DÍAZ, Libro Becerro de las Behetrías, 3 vols. Madrid 1981.

Zacarías MARTÍNEZ Y MARTÍNEZ, Historia de Jerez de los Caballeros, 1892.

José Miguel de MAYORALGO LODO, Conde de los Acevedos, Familias del Reino de Sevilla, en preparación.

José Miguel de MAYORALGO LODO, Conde de los Acevedos, La Casa de Ovando, Cáceres 1991.

Francisco de MENDOZA Y BOBADILLA: El Tizón de la Nobleza Española, Barcelona, sin fecha.

Roberto MORENO MÓRRISON, Guía de la Nobleza Española, en "Revista de Historia y Genealogía Española", años 1927-1931.

Idem, Guía Nobiliaria de España 1945-1947, Madrid 1947.

Rafael NIETO CORTADELLAS, Los Descendientes de Cristóbal Colón, La Habana 1952.

Francisco NÚÑEZ ROLDÁN, En los confines del Reino: Huelva y su tierra en el siglo XVIII. Sevilla 1987.

Diego ORTIZ DE ZÚÑIGA, Discurso genealógico de los Ortices de Sevilla, edic. Conde de la Marquina, Madrid 1928.

Idem, Posteridad ilustre de Juan de Céspedes en las ciudades de Sevilla y Badajoz, Sevilla 1673.

Padrón de Estado de la Asociación de Hidalgos a Fuero de España, Madrid 1965 y sig.

Alexandre Antonio PEREIRA DE MIRANDA VASCONCELLOS y otros: Pedatura Lusitana, Porto s.d., 10 vols.

Antonio PÉREZ DE AZAGRA Y AGUIRRE, Noticias Genealógicas sobre los Primo de Rivera y los Salcedo, Bilbao 1943.

Idem, Reseña genealógica sobre la casa de Butrón de Mújica, Bilbao 1944.

Idem, Títulos de Castilla e Indias y extranjeros concedidos por nuestros Reyes a vascongados, Vitoria 1945.

Idem, Títulos de Castilla e Indias concedidos a Navarros, Vitoria 1950.

Alfonso QUINTANO RIPOLLÉS, La casa de Quintano y sus enlazados, Madrid 1967.

José QUINTERO CARRASCO, Historia de Fregenal, tercera edición, Badajoz 1996

Francisco de RADES Y ANDRADE, Crónica de las tres Órdenes de Caballería de Santiago, Calatrava y Alcántara, Toledo 572.

Antonio RAMOS, Descripción Genealógica de la Casa de Aguayo, Málaga 1781.

Registro General del Sello, Archivo de Simancas, 12 vols. Valladolid 1950 y ss.

Jaime de SALAZAR Y ACHA, Génesis y evolución del apellido en España, discurso de ingreso en la Real Academia Matritense de Heráldica y Genealogía, Madrid 1991.

Luis de SALAZAR Y CASTRO, Historia Genealógica de la Casa de Lara, Madrid 1696-98.

Idem, Historia Genealógica de la Casa de Haro, en "Archivo Documental Español", tomo XV, pág. 431, Madrid 1959.

Idem, Los Comendadores de la Orden de Santiago, Madrid 1949.

Idem, Historia Genealógica de la Casa de Silva, Madrid 1685.

Adolfo de SALAZAR MIR, Los expedientes de Limpieza de sangre de la Catedral de Sevilla, Madrid 1996.

Fernando SÁNCHEZ MARROYO, El proceso de formación de una clase dirigente. La oligarquía agraria en Extremadura a mediados del siglo XIX, Cáceres 1991.

Jorge A. SERRANO REDONNET, Una benéfica fundación y una antigua genealogía, "Estudios Genealógicos, Heráldicos y Nobiliarios en honor de Vicente de Cadenas y Vicent, II, Madrid 1978, págs. 267-314.

Ale­jandro de SILVA BARRETO Y ALMEIDA, Nobiliario de Extremadura (Biblioteca de la Real Academia de la Historia, Madrid, manuscrito 9/1908).

Antonio del SOLAR Y TABOADA y Marqués de CIADONCHA, Piedras Armeras de la Provincia de Badajoz, Badajoz 1931.

Idem, Egregios Extremeños, Badajoz 1946.

Idem, Espigas de Archivos, Badajoza 1947.

Dalmiro de la VÁLGOMA y el Barón de FINESTRAT, Real Compañía de Guardias Marinas y Colegio Naval, Madrid 1943-1956.


  1. .-Archivo Histórico Nacional, sección de Órdenes Militares, San Juan de Jerusalén, expediente de don Francisco de Liaño Arjona y Tinoco, núm. 23584, año 1701.
  2. .-La descripción correcta sería la siguiente: escudo terciado en pal, el primero cortado: 1º un águila de sable en campo de plata y 2º en campo de plata tres palos de gules; el segundo, también cortado, 1º en campo de plata tres palos de gules y 2º un águila de sable en campo de plata; el tercero en campo de gules cinco veneras de oro puestas en aspa y, en punta, ondas de plata y azur. Se trata en realidad de un escudo que debería ser partido y el primer cuartel cuartelado a su vez, pero el artista, como es usual en estos casos, prefirió hacerlo terciado para no comprimir la representación del primero.
  3. .-Archivo Histórico Nacional, sección de Órdenes Militares, San Juan de Jerusalén, expediente de don García Sánchez Arjona y Briones, núm. 23581, año 1702.
  4. .-Bien es verdad que no se observan en él la jara ardiendo ni el león trepando por la barra pero, o los han borrado el paso del tiempo o no se reprodujeron correctamente en su momento.
  5. .-Esta casa y mayorazgo pasaron por matrimonio a los Vargas Zúñiga, Marqueses de Paterna del Campo, luego ha sido de los Jaraquemada Vargas Zúñiga y, hasta su fallecimiento en 1994, de doña Remedios Sánchez Arjona Jaraquemada. Hoy pertenece a doña María Joaquina Sánchez Arjona Sánchez Arjona, sobrina de la anterior.
  6. .-Este escudo nos plantea un curioso problema. En el segundo cuartel han de figurar las armas de Briones que son: partido, el primero un león y el segundo una torre con una escala inclinada. Sin embargo el escudo que se conserva lleva en la segunda partición una banda, una corona y dos efes. Lo que ocurre es que el conjunto resultante es bastante parecido al que se debería encontrar y sospecho que el escudo actual sea copia de uno anterior y el cantero no hubiera sabido interpretar bien los restos borrosos de este cuartel.
  7. .-Creemos que deben corresponder al linaje de Linero, único de los mayorazgos de esta rama que no se encuentra representado en el escusón. Otra posibilidad es que correspondieran al linaje de Casas, del que esta línea ostentaba un mayorazgo fundado por Diego Hernández Casas y su hermana doña Teresa García Casas. El eminente heraldista Eduardo Pardo de Guevara, me informa de que unas armas parecidas las ostentaban en Galicia el linaje de Salgado y en Asturias el de Bravo.
  8. .-Las armerías de estos dos linajes (el puente con las lises y la cruz flordelisada) están incluidas en un mismo cuartel.
  9. .-Conocemos otro escudo de armas de Arjona, que se encuentra roto y en estado de abandono como losa del antiguo enterramiento de esta rama en la iglesia del antiguo colegio de lo Jesuitas de Fregenal. De él publicamos una fotografía en el capítulo XXIII. Se trata de un escudo de seis cuarteles: los tres de la izquierda son Arjona, Linero/Acosta, y Porres/Silva. Los tres de la derecha: Arce, Morales y Castilla.
  10. .-De este último linaje son las fajas, pero la parte alta de este cuartel en que figuran cuatro columnas, lo ignoramos completamente. Pudiera tener relación con Boza, pues estas armas, compuestas con otras, ostentaba don José Sánchez Arjona Boza (ver figura 8).
  11. .-Archivo Histórico Nacional, Sección de Órdenes, Alcántara, exped. 91.
  12. .-Esta es una prueba más de la falta de rigor con la que se esculpían las armas en aquellos tiempos, pues ningún Vargas Zúñiga ostentó en ningún momento aquella insigne Orden.
  13. .-Archivo Histórico Nacional, Sección de Órdenes, Alcántara, exped. 240.
  14. .-Corresponderían al capitán don Alonso Boza de Chaves, alférez mayor de Aroche, hijo de don Francisco Pérez Boza de Chaves y de doña María Messía de Castilla, como vimos en el capítulo XIV.
  15. .-Escudo sin pies ni cabeza en el que podemos ver: 1º Arjona, con una sola águila bicéfala. 2º Tinoco, 3º Paz y 4º Gutiérrez de la Barreda.


← Capítulo XXXVI Capítulo XXXVII Bibliografía →